jueves, 23 de diciembre de 2010

Capitulo 22: Adios.

Mi mamá se veía muy preocupada asi que me subi al auto sin chistar y sin decir nada; pero yo aún queria saber que hacía y adonde me llevaba. Ella había mencionado a mi padre y es lo unico que me preocupaba que había echo; no lo podía creer eso y que me dijera si me estaban pasando cosas raras que mas me iba a decir ahora no lo sabía, pero lo que sabía era que me iba a impresionar por eso. Mi madre me trataba como a una desconocida, igual de cuándo empece el nuevo colegio acá, de la misma forma que te miran al entrar a un lugar donde nadie te conoce. Una desconocida. Si es que miraba, me miraba fríamente como que no sintiera nada, cosa que si hacia, manejaba sin decir palabra; aunque yo no la forzaba hablar.

Después de varias horas de que estuviera manejando paramos en unas cabañas que había, me parecía bastante raro ya que lo que veía era solo un bosque. Mi madre paro el auto y se bajo, entro a una casa que había que decía "Recepción". Me parecía super raro ya que no creo que estuviéramos de vacaciones seguíamos en el colegio. El colegio,¡Sam!; no me había despedido de el, así que mi único pensamiento fue automáticamente mandarle un mensaje contándole lo ocurrido; lo hubiera llamado pero no tenía suficiente plata y no sabía si estaba en clase o no. Pero el me llamó. Me pidió que le explicara todo y lo hice, también por lo extraño que parezca me pidió el nombre de donde estaba y como era. El bosque, así se llamaba el lugar; lo único que pensé fue "que original ponerle así aun lugar en medio del bosque". Cuándo corte apareció mi madre. Ella seguía con la mirada fría, aveces subía la cabeza y me miraba si no la mantenía baja sin mirarme siquiera por el rabillo del ojo. Yo me aburrí de eso y me solté el pelo dejándolo caer sobre mi cara tapándome un ojo y que yo pareciera aún mas fría que mi madre. Ella se subió al auto y manejo hasta una cabaña que había por hay, la "cabaña" era demasiado grande, tenía varios balcones, grandes ventanas y la entrada era realmente grande. Cuándo entre me sorprendí ya que era realmente hermosa, pero había algo raro en ella. Era demasiado grande para nosotras dos. Cuándo entramos vino un chico alto, de pelo rojizo y ojos verdes. Bastante lindo.
- Hola - su vos era firme, pero dulce-¿con que las ayudo?
Yo mire a mi madre que aún estaba en silencio.
- Hola, con las maletas por favor - mi madre lo llevo hasta el auto y yo me quede observando la casa detalladamente.
- Que pocas, ¿por cuánto se queda? - preguntó el chico.
- No estoy muy segura pero yo creo que mucho tiempo, ¿tu cuánto llevas?.
- Desde que tengo diez años y ahora tengo dieciséis.
- Bueno ella tiene quince y yo creo que algo parecido de tiempo - el chico la miro raro- es por su seguridad, prefiero omitir detalles.
- ¿Y? A ella también le van hacer el "trato especial"- mi mamá asintió.
Yo escuche todo eso y no entendía nada, ¿cuánto tiempo?, ¿trato especial?, ¿por su seguridad?. ¿Que se supone que pasa acá?.
- Pero es poca ropa.- ¿poca ropa?
- Si la traeré después, ella no sabe - ¿que no se?, esto se estaba poniendo raro así que preferí no escuchar mas ponerme los audífonos y fui a sentarme a un sillón.
Cuándo entraron yo hice como si no me hubiera dado cuenta y como si no hubiera escuchado nada.
- Me llamo Camilo.- deje de mirar al suelo y levante la mirada. El sonreía.
- Hola - la volví a bajar.
- Ven te enseño tu habitación - Por suerte que no me podía ver la cara porque hubiera visto mi cara de preocupación, confusión, y varias cosas mas al mismo tiempo. Me limite a mirarlo, el me ofreció su mano para levantarme pero yo la rechace. En ese momento mi madre grito la vista hacía mi con su mirada de "no seas maleducada Luci"; pero yo no quería ser respetuosa ni nada así con Camilo, siquiera con mi madre en este momento. Había algo que no me estaban contando.

Camilo me llevó escaleras arriba a una habitación realmente hermosa, cuándo íbamos pasando veía habitaciones de color rosa o amarillo y temía que la mía fuera así.
Camilo había notado como miraba la pieza.
- Tu madre nos dijo como eras y tus gustos y disgustos - lo mire fijamente por un segundo y volví mi atención a la habitación. Era igual a mi habitación en la casa, solo faltaban dos cosas. Sam, y todas mis cosas.
Detrás de nosotros venía mi madre con algunos bolsos mas, al parecer eran todos míos ya que los traía a esta habitación y solo había una cama.

- Camilo, has sido muy amable pero me podrías hacer el favor de dejarme sola con mi hija.- pidió mi madre.
- Por supuesto yo terminare de subir las cosas y arreglas lo demás - ¿arreglar lo demás?.
Me senté en la cama y me limite a mirar a mi madre y sacarme los audífonos, apague el ipod y la mire fijamente hasta que empezara hablar. Yo no iba a decir nada.

-Mira hija, como habrás notado esta habitación es para una persona- paro por si quería decir algo pero yo ni me moví - bueno, lo que pasa es que solo tu te vas a quedar aquí. Yo ya te dije lo que me esta pasando últimamente a mi y no quiero que tu te veas involucrada en esto - con que era eso, ¿que importa a mi también me pasa? - también he tenido problemas en el trabajo y me pareció que este es un buen lugar para pasar tus vacaciones - las ganas que tenía de gritarle y decirle que le escuche que me quedaría años aquí - o tal vez mas...-lo dijo- bueno lo que pasa es muy grave y no te quiero ver involucrada en esto hija, eres una muy linda persona y una fantástica hija por eso prefiero lo mejor para ti..-la interrumpí.
- No des mas vueltas mamá, ¿que pasa?- pregunté.
Ella suspiró- te quedaras aquí hasta que yo venga a buscarte o cumplas dieciocho.
- DIECIOCHO MAMÁ!! TE HAS VUELTOO LOCAA! ES QUE AAHH NO, NO PUEDE SER! - estuve apunto de seguir gritando cuándo ella bajo la cara y le vi correr una lágrima por la mejilla.- perdón, no quería hacer eso es que, realmente no te entiendo mamá a mi me pasa lo mismo o pasaba, no tienes porque ponerte así, además no me quiero alejar de ti. Donde estoy soy feliz - se me vino el recuerdo de James y Lucas a la mente. Sam.- además dejare a todos mis amigos hay y acá no conozco a nadie, ¿ enserio crees que es lo mejor para mi?- vi que ella lo pensaba.
- Si, creo que es lo mejor para ti y cuándo sea el tiempo te volveré a buscar. Mira Luci te daré una cosa para que no recuerdes nada de mi o de tus amigos allá - abrí los ojos como platos y la miré, no podía emitir palabra lo único que quería decir era un rotundo NO.- ya se, no quieres pero créeme además con el tiempo se te pasara el efecto y recordaras todo. Te dejare una carta para que entiendas todo y verás. Algún día recordaras cada momento de tu vida y hay me avisaran para venirte a buscar. Pero lo hago por tu bien- se me acerco y me hiso un cariño en la mejilla- por favor Luci.

Y yo decía que mi vida era una rutina JA, a quién mas le pasa esto salvo a mi, dejo a todos atrás se que es lo que quiero hacer; salir corriendo de aquí llamar a Sam y quedarme con el alado como estaba hoy antes de que me despertaran y todo se convirtiera en una pesadilla.
-Esta bien mamá, con una condición - me miró - quiero que Sam este totalmente informado acerca de esto, al igual que todas mis amigas y amigos, pero que solo Sam sepa dónde estoy y todo que en colegio digan que me fui con una tía una cosa así. - mi madre asintió- bueno también quiero más, que aunque no me acuerde de nada y todo quiero que estés hay para mi, que me traigas todas mis cosas, incluyo mi notebook mamá, te conozco - ambas nos reímos.
- Por supuesto Luci - me sonrió.
- Tengo varias dudas, ¿no me acordaré de ti?, enserio no mamá preferiría que no tome esas cosas. Además como no acordarme de que tengo una mamá, prefiero saber que es de mi vida.
- Lo pensaré, igual estos días estaré yendo y viniendo, trayéndote las cosas - la mire de reojo - incluyo el notebook. Y me verás, pero preferiría que de tus compañeros te olvidarás. Y no se una forma de hacer que te olvides de ellos y no de mi.
- Tal vez dándome menos de lo que sea que quieras, después de todo te conozco desde que nací y a los demás desde hace menos no se me hará difícil, o te olvidare unos días y rápido me recuperare.
- Buena idea Luci, eso haremos, te dare esa pastilla y vendré a verte, dormiré acá, y te escribiré la carta.

Pasaron días y yo ya tenía amigos hay Camilo, Dario, Sebastián, Daniela, Mari, Colomba. Ya tenía todas mis cosas y estaba lista para despedirme de mi madre y ver que pasaba. La pastilla estaba haciendo efecto últimamente olvidaba todo y con mi madre nos pusimos de acuerdo y decidimos que inventaremos la historia de que ella me ha "abandonado" hay aunque yo quería también porque me llevaba mal con ella; después tarde o temprano me acordaría de todo. Pero ¿me quería acordar de James y Lucas?.
Lo olvide. Esa misma tarde terminó todo me despedí de mi madre y fue despedirme de toda mi vida anterior a estar donde estoy ahora.
Fue el adiós.

Concurso de los 50 libros